Aunque en épocas de exámenes no se suele leer, la finalización de los mismos, y en ocasiones de la carrera, trae consigo cierta vorágine lectora de muchos estudiantes. La gran cantidad de tiempo libre con el que nos encontramos durante las vacaciones de verano, a excepción de aquellos que tengan que prepararse alguna para septiembre y que esperamos que sean pocos, hace que dediquemos buena parte de este tiempo a la lectura.
Igual que cada persona es un mundo, incluso algunas un universo, la literatura también. La socorrida y habitual excusa: “Es que no hay nada que me guste” no tiene sentido. Todas las preocupaciones, intereses, ciencias, sentimientos, etc. que afecten al hombre tienen cabida en la literatura.
Por todo ello, y para saciar vuestras ansias de lectura durante el verano, les ofrecemos cinco propuestas atemporales que esperamos disfruten, entre baño y baño o cerveza y cerveza, durante el verano.
Carlos Salem, argentino argentinizado en España, y al que muchos llaman el “Bukowski de Malasaña”, nos ofrece esta selección de relatos, en los que podemos encontrar aspectos autobiográficos, humor irreverente y corrosivo y una visión particular de los espacios sociales: un parque, el Metro, un locutorio multirracial, etc. En todos los relatos, y sin excepción, se deja sentir una suerte de aliento poético que aunque el autor nos pretenda esconder acaba aflorando como el pus sanguinolento de un grano.
Andrea Camilleri nos vuelve a sorprender con una nueva aventura (¿o desventura?) del comisario Salvo Montalbano. En esta ocasión, y ante lo que se presentaba como unas tranquilas vacaciones en Villa Marinella en compañía de unos amigos, todo se torna confuso cuando en la casa donde deberían alojarse estos amigos aparece un cadáver. En su habitual forma de entender las cosas, Montalbano oculta a sus amigos este hecho y deja que duerman con el cadáver en un falso sótano. La ira desatada por este hecho en sus amigos, un capataz al que le gustan demasiado las niñas o el hirviente calor de un agosto sumamente cálido, hacen de la última novela de Camilleri una de las opciones más agradables para este verano, del cual esperamos que no sea ardoroso.
En estas recomendaciones no podía faltar un lugar para uno de los maestros del relato breve norteamericano. Wolff nos ofrece una serie de relatos totalmente independientes pero interconectados por unos personajes grandilocuentes y muy marcados por sucesos y hechos a los que no han sabido enfrentarse. Con un estilo muy parecido al que encumbró a Fitzgerald o Hemingway, con un sentido del humor muy peculiar y una capacidad insuperable para describir con minuciosidad y exactitud cualquier detalle, Tobias nos ofrece doce cuentos de con los que disfrutar de un verano apacible y entretenido. De lectura obligada el relato que da nombre al libro, una situación trágica envuelta en grandes dosis de humor.
En un Madrid violento y obsesionado hasta el paroxismo por la seguridad, un adolescente nos cuenta su vida, marcada por los cambios, el amor, las drogas y la universidad. Con un lenguaje muy directo y preciso, Sagarna nos ofrece una novela que se desarrolla con la misma rapidez y agilidad con la que el protagonista y su amigo se mueven por Madrid para hacer entrega de pedidos muy peculiares: cocaína. Una novela apasionante, directa y explosiva para disfrutar en el verano.
Con algo de fantasía y sobre todo mucho humor y socarronería, el polaco Slawomir Mrozek nos ofrece en relatos de una o dos páginas su visión del mundo posterior al derrumbamiento del bloque soviético, que parece tan carente de simpatías hacia el régimen caído como hacia la nueva situación. Con una inconformidad propia de quien ha vivido lo mejor del comunismo y lo peor del capitalismo, los relatos que aquí figuran nos muestran a un autor inconformita con todo.